Las lluvias torrenciales, fuertes vientos y los destrozos materiales y personales que se ha cobrado el temporal ‘Bernand’ este fin de semana, no es fruto de la casualidad ni de una acción fortuita, sino la consecuencia de un cambio climático que cada vez está más presente en todas las regiones del mundo.

Hoy, conmemoramos el Día Internacional contra el Cambio Climático que nace con un objetivo muy claro: mitigar las amenazas que éste supone a nivel natural, social, empresarial y territorial para nuestro planeta desde la sensibilización y concienciación.

“Los casquetes polares se están fundiendo y el nivel del mar está subiendo”. Ninguna novedad. “En algunas regiones, los fenómenos meteorológicos están siendo extremos y las inundaciones son cada vez más frecuentes, mientras que en otras se registran olas de calor y sequías”. Más de lo mismo.

Todo esto ya lo sabemos, y es que todos participamos, de una u otra forma, en estas tristes noticias que a diario repiten en los noticiarios internacionales, como las de ayer domingo: “Este fin de semana en Andalucía, hemos sufrido rachas de viento de hasta 154km/h que han destrozado innumerables árboles y palmeras, sus desplomos han sorprendido a coches aparcados en sus domicilios provocando múltiples daños materiales”. Se nos ha comunicado el cierre de parques y una alerta naranja activa que anunciaba lo que, posteriormente, nos hemos encontrado en nuestros pueblos y ciudades.

Insistimos. Estos daños no son puntuales. No llegan, pasan, arrasan con todo y metemos los datos en el cajón de los recuerdos a modo de anécdota. Ésta es la alerta roja que detona el futuro de nuestro planeta. Si no atendemos sus demandas e intentamos afrontar los efectos adversos que nos dejan borrascas como Bernard, nos encontraremos con devastadoras consecuencias naturales resultado de una incesante subida de las temperaturas, escasez de agua dulce, incendios forestales, inundaciones y alteraciones en nuestra biodiversidad, suelos, aguas interiores y medio ambiente marino.

Por no hablar de la amenaza sobre la salud humana y animal que supone, así como de la situación que atraviesan la agricultura y la silvicultura en Andalucía.

Por y para eso nos sumamos a la causa en el Día contra el Cambio Climático, para mejorar y avanzar en la concienciación global.

¿Qué estamos haciendo en Llopis?

En los últimos días hemos sido los gestores autorizados que han tratado y almacenado un total de casi 350 camiones que transportaban restos de poda generados en Sevilla capital llegando a duplicar la cifra de entradas en la jornada de ayer lunes 23 de octubre de algunos colaboradores. Hemos colaborado con empresas públicas y privadas en la recogida de residuos, almacenándolos y dándole salidas a plantas de reciclaje, en las que, una vez allí los transforman para darles una segunda vida creando compost -abono natural para los campos de cultivo-, leña o papel reciclado.

También ejercemos como altavoz de nuestra tierra en los encuentros empresariales que organizamos para que, desde una toma de contacto directa con la maquinaria, personal y espacio físico necesarios se pueda conocer la realidad del ciclo de vida de un residuo. Una imagen vale más que mil palabras y en Llopis, seguiremos trabajando cada día convencidos de que es posible paliar las actuales condiciones de salud de nuestro planeta, eso sí, desde una posición colectiva.